martes, 4 de agosto de 2015

Sossusvlei.

El cielo arropa con la oscuridad de su manto
las dunas de mi desierto,
las alumbra levemente con los farolillos
que cuelgan del firmamento,
 y las mece con su viento,
 y las mira dormir.

Mi respiración honda y solemne,
mis ojos luceros,
mi corazón sigiloso pero presente,
mi cuerpo entero acompañando este silencio.

Sé que estoy sola,
siempre estuve sola,
y a pesar del amor, la amistad y la fidelidad,
seguiré sola.

No tengo miedo,
siempre me acompañarán mis montañas,
siempre me acompañará la calidez del astro rey,
siempre me acompañarán las historias de quienes me antecedieron y de quienes me sucederán,
siempre me acompañará la inocente oportunidad que me brinda la mañana.

Y aunque me faltases tú, 
a quién tanto echo en falta,
siempre me quedaré yo,
siempre me quedará mi propio amor incondicional, continuo y benévolo;



Siempre me quedará mi desierto y la humildad de su noche estrellada.



No hay comentarios:

Publicar un comentario