sábado, 10 de mayo de 2014

Te quiero.


El sol bosteza y sus rayos de miel se mueren,
Catalina sale a jugar y las luciérnagas se arriman a ella.

Noches de verano en las que el corazón piensa demasiado y la cabeza late con fuerza;
no puedo dormir.

Así que prefiero pensar en ti: más bien en nosotros.

Pensar en soledad sobre tu compañía.
Imaginar lo que imaginas que hacemos cuando estamos juntos, desde la distancia.
Cavilar sobre lo que significas para mi, y lo que significa eso.
Soñar sobre viajar de la cocina a la cama, y de la cama a tus abrazos.
Decir la verdad, y no mentir más sobre que estoy mejor sola.
Decidir que no quiero tener miedo nunca más, porque el miedo es la peor de las cadenas.
Nacer y morir cada día contigo, como lo hace el cielo con los astros.
Perdonarme el pecado de pecar sin ti.
Crear una vida juntos, aunque no seamos eternos: 
lo nuestro será eterno aunque no estemos nunca más juntos.

Los grillos gritan que están cansados de gritar.
 Que ellos siempre han preferido susurrar, como la londra, y así perderse en la noche y entre la jara.

La inspiración se esconde de mi porque le han contado que solo escribo cosas tristes.
Así que esta noche prefiero escribir sobre ti; prefiero escribirte a ti.









Te quiero.