Han pasado miles de años desde que el planeta se convirtió en un árido desierto
sin vida.
Todas las criaturas emigraron a un lugar desconocido y la vegetación
es muy escasa,
sólo sobrevivieron las pocas especies que consiguieron adaptarse a este lugar abandonado
Llueve y a veces incluso diluvia,
pero nada crece.
Me gustaría saber qué ha envenenado esta tierra,
descubrir
de una vez por todas qué sacrificio hemos de realizar.
Me gustaría saber a qué Dios
he de rezar
para que esta eterna noche termine de una vez por todas.
Sin embargo, mi anhelo parece
ser tan infértil como la tierra que recubre mi corazón.
No importa cuánto
desierto recorra, ni cuántos días pasen.
Sigo tan perdida como el primer día de
este juicio final.
En el fondo lo que más deseo es aprender a soltar,
para que
mi mente encuentre la paz y las pesadillas se disipen.
Quizás así, algún día
vuelva la primavera a este planeta desolado.
¿Volverá algún día la vida a este
lugar?