miércoles, 23 de diciembre de 2015

Desmenuzarse



Renegar de uno mismo para descansar


Negar tu cuerpo y tu mente


para

volar

Viajar del lugar en el que te encuentras  

a tu serendipia


y escuchar

la marea y la arena
el zumbido del oleaje y el choque de la piedra


Estudiar cada minúsculo ser vivo en la corteza


la energía correteando por la ladera y el pasto


el viento peinando los valles con su canto


Fundirse con el frío, el peor de los
enemigos


Olvidarse de tu nombre, de tu apariencia, de quien dicen que eres


olvidarse de tu existencia


para disfrutar

para disfrazarte de los sonidos

de los colores

y vivir
de los ojos

del tacto

y del oído.





Que nadie pregunte por mí,

que me dejen libre en lo salvaje,

para perderme de mi misma


y no volver a encontrarme.



domingo, 18 de octubre de 2015

Morir viviendo.

No sé quién soy,
no sé qué quiero,
no sé a dónde voy
ni de dónde vengo.


Tan solo en mis manos
tierra y tiempo,
ni ganas, ni esperanza, ni confianza,


aquí yazgo,
aquí muero viviendo.



jueves, 13 de agosto de 2015

-

¿Conoces ese ruidoso sonido al que llaman
silencio?

Te hablo del silbido de las ventanas al filtrar el aire por sus finas rendijas,

te hablo del latido al otro lado de la pared, que pertenece a otro nombre y a otra historia,

te hablo de la locura residual de cada pensamiento creado en esta tierra,

te hablo del golpe que marca la inexistente aguja del tiempo,

te hablo del roce de los cuerpos milenarios hundidos en madera y barro,

te hablo del arrastrar de las palabras en el pasado,

te hablo de la vibración de las estrellas  en la lejanía,

te hablo del murmuro en las profundidades del inmenso azul,

te hablo del zumbido de los enormes árboles agitándose,

te hablo de la voz en tu cabeza,

te hablo del susurro de tu conciencia;




Dime, ¿conoces ese abrumador sonido al que llaman

existencia?


martes, 4 de agosto de 2015

Sossusvlei.

El cielo arropa con la oscuridad de su manto
las dunas de mi desierto,
las alumbra levemente con los farolillos
que cuelgan del firmamento,
 y las mece con su viento,
 y las mira dormir.

Mi respiración honda y solemne,
mis ojos luceros,
mi corazón sigiloso pero presente,
mi cuerpo entero acompañando este silencio.

Sé que estoy sola,
siempre estuve sola,
y a pesar del amor, la amistad y la fidelidad,
seguiré sola.

No tengo miedo,
siempre me acompañarán mis montañas,
siempre me acompañará la calidez del astro rey,
siempre me acompañarán las historias de quienes me antecedieron y de quienes me sucederán,
siempre me acompañará la inocente oportunidad que me brinda la mañana.

Y aunque me faltases tú, 
a quién tanto echo en falta,
siempre me quedaré yo,
siempre me quedará mi propio amor incondicional, continuo y benévolo;



Siempre me quedará mi desierto y la humildad de su noche estrellada.