Gotas de
luz artificial nublando mi vista desenfocada,
El negro
firmamento abre sus alas y libera a las luciérnagas que guardaba en las
farolas.
No tengo
nada que decir,
Estoy
demasiado ocupada observando.
Observando cómo
crezco hacia abajo, me hago pequeñita porque cada día soy más mayor, y me
faltan mis sueños e ilusiones.
Observando
parada por el miedo ajeno, por el “demasiado joven” o por un amor posesivo que
encadena mis actos.
Observando
cómo los recuerdos se quedan durmiendo en el pasado; desfallecen porque su
tiempo ya ha sido.
Observando
el despegue de quienes miran sin miedo un horizonte brillante y soleado.
Observando
a quienes se quedaron bloqueados en la salida, perdidos en un océano de dudas y
falsa comodidad, aferrándose a un conformismo asesino.
Observando
el descenso de quienes volaban en su día, y hoy caen en picado para reventarse
contra la realidad.
Observando
a quienes vuelven a la batalla: su guerra aún no ha terminado.
Observando
a quienes desconectan sus latidos: ha llegado la hora de dormir.
No tengo
nada que decir,
Porque siento demasiado.
Prefiero
callar y observar,
Atender y
aprender,
Guardar y
conservar cada imagen que recojo con mis ojos,
Cada
secreto que acaricia mis oídos,
Cada
cosquilleo que captan las palmas de mis manos.
Prefiero
callar, porque el que calla, otorga.
Sencillamente, magnífico.
ResponderEliminarGracias Silvia, eres un amor<3
Eliminar